Al ver a mis padres descojonándose de risa con ese programa inverosímil titulado "Mira quién baila" he recordado la película Cypher, de Vincenzo Natali, seguramente más conocido por su primera película: Cube, la angustiosa peripecia de varios tarados en un cubo de Rubbik descomunal. La trama de Cypher es de una confusión sólo alcanzable gracias al uso de potentes psicoactivos y a unas ganas irreprimibles de chotear a los ingenuos que se adentran en ella. No recuerdo apenas los detalles del argumento, pero sí una secuencia espeluznante, cruelmente aséptica. En una sala de conferencias, un supuesto experto en algún tema esotérico (si no recuerdo mal tenía que ver con la venta de quesos) perora monótonamente mientras los asistentes escuchan silenciosos y profundamente aburridos. En realidad, el discurso es irrelevante, lo que importa es una proyección luminosa situada tras el orador que hipnotiza a los oyentes. Cuando todos están en trance, un equipo de médicos entra en la sala, y les inyecta una sustancia de color verde. De ciudad en ciudad, de charla en charla (los miembros del público creen haber sido contratados como una especie de viajantes), lo droga los va afectando de tal manera que olvidan por completo su personalidad y su vida anterior. Finalmente adquieren la personalidad que les ha asignado la empresa infromática en la que trabajan. Una vez borrados y bajo el control de la empresa son despedidos y buscan trabajo en una corporación de la competencia. Tiene que ver con el espionaje industrial y otros delirios futuristas. Simplemente me preguntaba si la secuencia de la sala de conferencias estará tan alejada de la realidad.